En la foto se aprecia una unidad Colonnese Mercedes-Benz LO 1114 numerado como 10 que perteneció a CATA Iternacional, para realizar el servicio desde Mendoza a Santiago
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La industria carrocera en Argentina está llena de contrastes, y la provincia de Mendoza no fue la excepción en cuanto a producción. Lo que apreciarán es un aporte del amigo Roberto Tomassiello Diseñador y Magíster en docencia universitaria, algo que no dudé en publicar.
Carrocerías Colonnese S.A.I.C.A. Se destacó por décadas gracias a su calidad, e inclusive sus unidades circularon aquí en Chile como servicio internacional. Aquello nos permite percibir que no fue un fabricante efímero, el cual dejó una huella importante en el transporte de pasajeros. Desde ya agradezco el interés de aportar por parte de Roberto quien es un referente para muchos en cuanto a desarrollo e industria como lo fue también Arturo Rivas. Siempre valoro el material histórico de buses, porque nos permite sumar conocimientos. Aquello nos aporta lo necesario para comprender la industria y su evolución.
Sus inicios: la escisión desde un tronco común
Cilio Colonnese se formó como chapista en Buenos Aires, radicándose en Mendoza a inicios de los 40; también le gustó especialmente la música y ejecutó el acordeón. El bagaje con sus herramientas propias para el oficio y este instrumento musical, fueron quienes lo acompañaron cuando decidió vivir en nuestra Mendoza. Recuerdo que esto lo comentó Colonnese en una entrevista del entonces diario Mendoza, en una de sus ediciones dominicales del mes de diciembre de 1976.
El establecimiento La Porteña surgió hacia 1944 o 1946 -no podría precisarlo hoy con exactitud- por la sociedad que iniciaron Cilio Colonnese y Silvio Mordasini. Dicha sociedad se mantuvo hasta 1967, cuando ambos empresarios continuaron sus empresas en forma individual. Silvio Mordasini, por su parte, conservó la marca La Porteña, operando en sus instalaciones de la calle Víctor Hugo 187.
Colonnese se estableció en el edificio de una vieja bodega ubicada en Alem 2198, esquina Aristóbulo del Valle, Benegas, Godoy Cruz. En ese lugar funcionó hasta 1979, cuando cerró. Hoy, en las instalaciones que ocupó Colonnese S.A.I.C.A. funciona la empresa Aislantes de Cuyo, dedicada a la producción de polliestireno expandido y lo hace allí desde hace más de 40 años.
En la década del 70, Colonnese S.A.I.C.A. fue, sin dudas, el establecimiento carrocero más importante del oeste argentino. Se destacó por su actividad productiva, comercializando las carrocerías a transportistas de toda la franja oeste del país.
Los productos Colonnese y sus características
Los diseños manufacturados por Colonnese siempre estuvieron a cargo de un proyectista de apellido Cardoso, quien se desempeñó en la fábrica hasta su cierre. También efectuó trabajos para el establecimiento La Porteña, así como a otros carroceros mendocinos. Por esa razón, inferimos que hubo bastante similitud formal en los productos elaborados por Colonnese y La Porteña, aunque también por otros talleres a los que Cardoso realizó sus diseños.
Más allá de la similitud antes descrita, los diseños de Colonnese S.A.I.C.A. desde sus comienzos intentaron diferenciarse de los que concretó La Porteña. Un detalle muy notable, fue el uso de lunetas compuesta por dos paños vidriados apenas curvos. En el caso de La Porteña, por lo menos hasta 1971 apeló a tres paños transparentes envolventes, solución que caracterizó tipológicamente cada uno de sus diseños, en forma progresiva, desde 1963.
Carrozados en chasis semifrontales y convencionales
En el carrozado de chasis semifrontales, Colonnese optó por el parabrisas envolvente de dos paños vidriados curvos. Esto diferenció de modo notable sus productos respecto de los elaborados por La Porteña, equipados en cambio, con parabrisas curvos de una sola pieza.
Según registros fotográficos, los primeros productos que realizó Colonnese no poseían visera en la intersección del frente con el techo. Ese encuentro de planos se resolvió con un suave bombé. La imagen adjunta de un Mercedes-Benz LO911 muestra ese detalle.
En los chasis convencionales, hasta 1970-1971 se aplicaron parabrisas curvos de una sola pieza. En adelante, dichos cristales se reemplazaron por los curvos de dos hojas. Es de suponer que los transportistas prefirieron estos últimos, más económicos al momento del recambio que los de una sola hoja, de mayor superficie. Ambas soluciones se pueden observar en un par de las imágenes que acompañan este documento.
Sobre chasis semifrontales entre 1967 y 1979 hubo dos parabrisas diferentes. Aunque de morfología similar, los primeros de ellos -utilizados solo entre 1967 y 1969-, se caracterizaron por una menor altura que los otros. Ello determinó la necesidad de colocar una bandeja suplementaria entre el borde inferior del parabrisas y el tablero. En mi opinión, ese dispositivo no aportó una solución de adecuado nivel estético. La imagen que acompaño de una unidad Mercedes-Benz LO1112 modelo 1969 de Turismo Mendoza, muestra dicha solución.
A partir de 1970, con el uso de parabrisas más elevados, se pudo eliminar la bandeja suplementaria antes descripta. De este modo, el borde inferior del parabrisas pudo intersectarse directamente con el límite superior del tablero, mejorando el nivel de acabado del conjunto. La foto adjunta del coche perteneciente a la entonces Coop. CATA permite observar el parabrisas junto al capó.
Más allá de lo antes señalado, tanto en el carrozado de chasis convencionales como semifrontales, el empalme entre el tablero propio del chasis con el resto de la carrocería fue un tema discutible. En tal sentido, por muchos años y en ambos casos, Colonnese dejó el tablero original sin modificaciones. Se colocaron entonces dos planos verticales suplementarios de modo lateral, revestidos con melamínico, justo en el ensanche de la carrocería. Esta solución, en mi opinión, produjo un alto contraste perceptual de pobre resultado estético, resultado de la vinculación de componentes diferentes en su resolución formal.
Hacia 1973, en los últimos chasis convencionales Mercedes-Benz LO911, el tablero original se empalmó con sendas prolongaciones de chapa de acero en sus extremos laterales. Así, conservando una lograda unidad formal, mejoró la calidad de la terminación de esa zona del puesto de conducción.
En los semifrontales, en cambio, los tableros propios del chasis con suplementos laterales se extendió hasta 1978. Recién en el último modelo de carrocería, fabricado entre 1978-1979, se aplicó una prolongación del tablero de igual estilo que el original.
Otro aspecto para el análisis, en este caso del exterior de las carrocerías sobre semifrontales, es el empalme de la "trompa" con el resto de la carrocería. Dicha vinculación, entre 1967-1978 Colonnese la resolvió como una transición gradual mediante el ensanchamiento de la carrocería, desde el capó hacia fuera, hasta alcanzar la cota máxima. Así, la parte posterior del pasarruedas fue perdiéndose hacia abajo, en su intersección con el resto de la carrocería. En mi opinión, la referida solución no se destacó por su calidad de diseño, acusándose la unión de dos sectores de origen diferente.
En el caso de los productos "porteños", los carroceros apelaron a una solución más elaborada y, por ende, mejor lograda desde lo estético-formal. Para ello se recurrió a prolongar el pasarruedas original del chasis hacia abajo, hasta su intersección con el borde inferior del faldón lateral de la carrocería. Esta solución permitía, a nivel perceptual, una continuidad entre la trompa y el resto de la carrocería. En Mendoza, a comienzos de los ´70 Carrocerías Ortega ensayó la citada propuesta constructiva. El resto de los talleres prefirieron seguir durante muchos años con la otra más rudimentaria antes descripta (Tomassiello, 2017).
Entre 1978-1979, en su nueva gama de colectivos sobre semifrontales, Colonnese modificó la resolución del empalme de los pasarruedas delanteros con la carrocería. En lugar de la primitiva transición gradual de la parte posterior del pasarruedas, en adelante ésta se prolongó hacia abajo hasta el nivel inferior de los faldones laterales. Ello otorgó a los nuevos productos una clara -e innegable- reminiscencia del lenguaje formal de sus similares elaboraciones de origen "porteño". La foto de la unidad de empresa El Triunfo muestra la referida solución.
En sucesivos artículos, continuaré este análisis presentando diferentes aspectos de los productos elaborados por Colonnese S.A.I.C.A.
Bibliografía
Tomassiello,R. (marzo de 2017). El colectivo semifrontal:
Como el tango, un clásico que hizo historia. Revista Andante (1), Ediciones de la Guadalupe, 7-14.
Créditos de las imágenes
- Archivo Colonnese S.A.I.C.A.
- Archivo Autotransportes Iselín
- Beto Ponce
- José Arturo Rivas
- En el resto de las imágenes cuyos créditos no se encuentran impresos, estos se considerarán a quienes corresponda.
Para complementar lo aportado por Roberto, como notaron nuevamente publique la foto de portada para agregar detalles narrados por quien fue su conductor. En 1976 el sr Beto Ponce con tan solo 23 años recibió la unidad 10 que se destacó por un detalle particular en su motor, historia y detalles contadas por su ex conductor:
"En el caso puntual de ése bus, se trató de una prueba de Mercedes Benz: colocarle al chasis de un 1114 normal, un motor sobrealimentado. Incluso un inspector de Mercedes Benz, me pidió que no abriera el capot en lugares en que quedara expuesto a la vista de nadie el caracol del sobrealimentador (turbo). También me pidieron que "le diera duro", y que avisara en el caso de tener algún tipo de inconveniente. Un tiempo después me tocó llevarlo a Buenos Aires a una inspección para comprobar el desgaste de cada cilindro, y estaban perfectos." "Meses después lanzaron un camión con ese mismo motor, al que se lo llamó 1517"
"En cuanto a la comodidad: eran cómodos por la amplitud (solo 30 asientos). Claro, aun sin aire acondicionado. Pero también eran ásperos en los tramos de tierra que entonces todavía existían en el sector argentino."
"Era de diferencial simple en realidad no le hacía falta la alta y baja. Jamás usé la primera marcha. Ni siquiera en las cortadas de la cuesta Cristo Redentor que habían del lado chileno. Esas cortadas eran para las máquinas viales que arreglaban el camino, pero yo me metía por ahí para evitar varias curvas. Muchos hacíamos lo mismo, pero había que tener potencia, porque de tener que retroceder, el vehículo (cualquiera que sea) se podía parar en dos manos"
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