La presidenta de la región parisina Valérie Pécresse.
Los buses de la región parisina permitirán a las usuarias bajarse cuando quieran, una medida que experimenta Burdeos y aplica hace meses la ciudad de Nantes
Combatir la violencia de género es una de las batallas políticas que se ha comprometido a librar durante su mandato el presidente francés, Emmanuel Macron. Aunque las asociaciones feministas muestran todavía un gran escepticismo, es innegable que el ‘affaire’ Weinstein empieza a tener consecuencias al otro lado del Atlántico.
La versión francesa de #MeToo cobra fuerza bajo la etiqueta #Balancetonporc (denuncia a tu cerdo). Desmarcándose del turbulento debate generado por la tribuna de la mítica actriz Catherine Deneuve en la que defendía el derecho de los hombres a “importunar”, varias administraciones han tomado medidas para evitar (o al menos intentarlo) que las mujeres sigan siendo víctimas propiciatorias de agresiones sexuales.
Medida experimental
La presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, anunció nuevas normas en los transportes públicos para prevenir situaciones de riesgo. Las mujeres que se sientan amenazadas, violentadas o acosadas cuando viajen a partir de las 22.00 horas en un bus de la red de transportes de Seine-Saint Denis y Seine-et- Marne, en el área metropolitana de París, podrán pedirle al conductor bajarse fuera de las paradas reglamentarias. La medida, que será igualmente válida para los hombres, se aplicará con carácter experimental a partir de marzo.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados ante una mujer que está siendo agredida”, ha justificado Pécresse. La presidenta del Consejo regional, que ha vivido en sus propias carnes el acoso de un hombre en un transporte público, como contó ella misma en France Info, prevé contratar a 650 personas para reforzar los controles, que realizarán agentes vestidos de paisano.
Más vigilancia
También se generalizarán las cámaras de vídeo. De aquí al 2020 los vagones de los trenes de cercanías y los que transiten por los suburbios de la capital contarán con este sistema de vigilancia. En el caso de los buses, se instalarán a lo largo del 2018.
La posibilidad de bajar de un bus cuando el usuario lo desee –siempre en horarios nocturnos- está en su fase experimental en Burdeos y plenamente implantada desde hace meses en la red de transportes de Nantes. La idea fue del ex primer ministro de François Hollande, Jean Marc Ayrault, antiguo alcalde de la ciudad situada en la región del Loira, en el oeste de Francia.
Medidas más urgentes
No obstante, antes incluso de que la medida estuviera en vigor, muchos chóferes ya accedían a parar donde las mujeres quisieran. “Si una persona se sentía en peligro y le pedía al conductor dejarla lo más cerca posible de su casa, estaba claro que no la iba a dejar en la parada”, explica a EL PERIÓDICO el delegado sindical de la CFDT, Gabriel Magner, que se queja amargamente de la “falta de consideración hacia las mujeres en el transporte público”.
Magner subraya que en la red de buses de Nantes no ha habido un aumento significativo de paradas fuera de las estipuladas en cada línea y que, siendo positiva, la medida no tiene gran impacto a la hora de atajar el problema de fondo. Además, a veces es difícil que el conductor distinga si se solicita una parada por motivos de seguridad o simplemente por comodidad. “No se puede estar en contra de algo dirigido a proteger a las personas que se sienten inseguras, pero hay cosas más urgentes”, señala, apuntando a una cuestión educativa.
Percepción de inseguridad
Un informe del Observatorio Nacional de Delincuencia y Respuestas Penales (ONDRP) revela que el 51% de las francesas dicen sentirse inseguras cuando suben al metro o al bus. En el caso de los hombres, el porcentaje es del 38%.
Por su parte, la Federación Nacional de Usuarios del Transporte Público (FNAUT, por sus siglas en francés) señalaba en un estudio difundido en septiembre del 2017 que el 90% de las mujeres han sido acosadas en algún servicio público. Para prevenir riesgos, muchas usuarias desarrollan todo tipo de estrategias, desde evitar determinadas líneas hasta cambiar de medio de transporte o, directamente, no usar el metro o el bus pasada cierta hora.
Fuente: elperiodico.com
Por: Eva Cantón
Foto: AFP Geoffroy Van Der Hasselt
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