Los pasajes de buses vendidos en una oficina u agencia completados con fecha, origen, hora, asiento y destino a mano son recuerdos mientras que para otros es algo desconocido.Regresando al pasado aquí en Chile como en diversos países antes se utilizaba una lapicera (lápiz pasta) para completar los datos de cada pasajero.Aquello incluía la planilla entregada a cada tripulación foja en caso de servicios internacionales.
Quienes vendían pasajes de buses realizaban un trabajo totalmente manual aquello significaba un desafío mayor cuando existía alta demanda en días festivos, fines de semana y por supuesto verano aquella labor implicaba además llevar la contabilidad de las ventas en efectivo. Billetes o monedas todo sumaba nada se dejaba al azar si no había movimiento desde el interior o exterior de las oficinas se anunciaban los servicios a viva voz la idea era completar al máximo cada salida.
Menos empresas y un indice poblacional reducido permitían que la competencia por pasajeros fuera un poco más "pareja" quienes estaban tras la venta muchas veces sacrificaban sus horas de almuerzo por estar atentas y atentos a "la jugada" captando o respondiendo consultas de los pasajeros. Allí las habilidades para convencer a quienes estaban indecisos eran diversas desde el equipamiento de los buses, el servicio etc.
El personal femenino resultaba atractivo por su cercanía con el público delicadeza y atención hombres como mujeres que representaban a las empresas se esmeraban por lucir impecables tras los mesones. Resulta inevitable no recordar aquellas ventanillas divididas en las cuales muchas veces estaban los destinos y nombres de las empresas pintados, sin dejar de lado a las agencias cercanas a terminales que mayormente ofrecían servicios de encomiendas y también ventas de pasajes en su mayoría aquellos lugares eran casonas antiguas grandes de paredes altas con piso de madera.
Estrategias para venta de pasajes
Normal resultaba observar que en cada oficina las empresas lucían cuadros de sus buses en ruta con entornos y paisajes atractivos rumbo a sus destinos sumando los interiores donde los asientos y comodidades a bordo eran el atractivo para tentar a los futuros pasajeros. La presentación como el orden del lugar resultaba algo importante aquello estaba enlazado con el trato al cliente detalle fundamental de la "vieja escuela".
El trato respetuoso cordial como la disposición en atender las necesidades de los pasajeros eran detalles necesarios para formar clientes frecuentes el memorizar sus nombres, preguntar por su familia, tener cercanía con los niños sumaban calidad al servicio. Era normal ver a personas leales por una empresa entregar regalos o recuerdos de sus viajes a quienes vendían pasajes como gestos de amistad o gratitud por reservarles un asiento en casos de un viaje imprevisto, haber custodiado un bolso mientras realizaban tramites y tantos otros gestos.
El inolvidable reloj
Lo anterior que mencioné se complementaba con el tradicional reloj y su frase "Próxima Salida" una forma de avisar a los pasajeros el horario del próximo servicio, consistía en un reloj de plástico o madera con las agujas que se ajustaban de acuerdo a la hora de salida el mismo se ubicaba en la ventanilla de las oficinas. Ver el reloj generaba expectativa si la salida era cercana sumando la tradicional pregunta ¿tiene pasaje a las 13:00? por citar un ejemplo y la persona llegaba a veces cinco minutos antes.
Reconocimiento
Recordar en un porcentaje es vivir y mantener una parte de la historia viva en este caso nuestros queridos buses como el transporte de pasajeros. Esta publicación es un reconocimiento a las mujeres y hombres que en el pasado vendían pasajes con menos medios tecnológicos entregando lo mejor de si. Para quienes actualmente realizan la misma labor el reconocimiento es el mismo sin restar valor a su trabajo teniendo claro que muchas veces enfrentan situaciones poco gratas.
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