El Setra Seida S 412 MH expuesto en la Feria Internacional del Autobús y el Autocar de 1996 era un vehÃculo derivado del Setra S 315 HD para el que se ofrecÃan motorizaciones Mercedes y MAN, siendo un motor de 400 caballos de esta última, el mismo que se venÃa usando en los S 315 HD, el que propulsaba al vehÃculo expuesto. La mayorÃa de los que accedieron al interior coincidieron en señalar que el puesto del conductor también era MAN
Foto: Alfredo Gutiérrez González en Flickr
Muy similar al S 315 HD de la Setra alemana, fue presentado por sorpresa en la Feria Internacional del Autobús y el Autocar de 1996, llevaba un motor MAN de 400 caballos y con apenas 50 unidades producidas fue el canto del cisne de SETRA S.A.
Una gran parte de los visitantes de la Feria Internacional del Autobús y el Autocar, celebrada en el recinto ferial de Madrid (IFEMA) en la segunda quincena de noviembre de 1996, tras visitar los stands ocupados por los autocares y autobuses de Mercedes-Benz y Setra, dos de los principales fabricantes europeos de vehÃculos para transporte colectivo de viajeros, a los que, menos de año y medio antes, concretamente en febrero de 1995 la Comisión Europea (CE) habÃa autorizado a integrarse bajo un mismo paraguas, una sociedad denominada EvoBus, propiedad de Mercedes-Benz, se quedaron sorprendidÃsimos al encontrar en otro extremo del mismo pabellón del recinto ferial de Madrid, ocupando, eso sÃ, un espacio mucho más reducido, un autocar de lÃnea moderna con la marca Setra Seida y las siglas S 412 MH como denominación del modelo. Aquel stand era de SETRA S.A., una compañÃa española que durante décadas habÃa fabricado autocares con carrocerÃa autoportante bajo licencia de la compañÃa alemana Setra Kässbohrer, cuya rama de autobuses y autocares era precisamente la que habÃa sido absorbida por Mercedes-Benz para constituir EvoBus. ¿Qué es lo que habÃa pasado?. ¿Qué cataclismo industrial se habÃa producido?
Desde luego, tenÃa que ser algo parecido a un cataclismo, puesto que la SETRA española (SETRA S.A.) y la compañÃa alemana Setra Kässbohrer venÃan manteniendo desde 1963 ─otras fuentes señalan que desde 1966─ un acuerdo de cesión de tecnologÃa de esta última a la primera, acuerdo que es el que habÃa permitido la construcción en España de los autocares Setra S 10 y S 14 con carrocerÃa autoportante pero con motores Pegaso y también que la denominación SETRA pudiera ser usada por la Sociedad Española de Importación y Distribución de Automóviles (SEIDA), que se habÃa constituido en 1925 para importar autocares Chrysler y camiones Dodge y Fargo, marcas ambas que terminarÃan en la órbita de Chrysler. Con el paso del tiempo, Seida se convertirÃa en un carrocero de autocares muy prestigioso en el mercado español con fábricas en Bilbao y Vigo.
Hacia 1981 y con la entrada de Kässbohrer como socio mayoritario en el capital de la antigua Setra Seida, fue cuando se construyó la fábrica de Sámano (Castro Urdiales), comenzándose a fabricar allà la serie 200 de Setra, de cuyo frontis desaparece la denominación Seida. Pero pocos años después, en 1985, la compañÃa española se declaraba en suspensión de pagos, vendiendo Kässbohrer su parte del capital de la Setra española a Wolfgang Stöhr, su representante en Chile, que se convirtió de esa forma en el propietario de Setra en España.
Todo apunta a que Stöhr fue un personaje nefasto para Setra. Quien escribe estas lÃneas tuvo oportunidad de comprobar en 1997 que a pesar de que ninguna de las personas relacionadas con la Setra española de 1985 querÃa confirmar nada al respecto, en el sector carrocero estaba muy arraigada la creencia de que Wolfgang Stöhr presuntamente desfalcó una cantidad de dinero muy importante ─la mayorÃa lo cifraba en 600 millones de pesetas (unos 3,6 millones de euros sin tener en cuenta la inflación, muchÃsimo más en moneda constante)─ circunstancia que supuso el principio del fin de la compañÃa cántabra. Era sorprendente que siendo aquel presunto desfalco generalmente admitido y dando todo el mundo por hecho que Stöhr huyó o volvió a Chile, nadie se atreviera a confirmar nada sobre el asunto, ni tan siquiera si hubo una denuncia ante la policÃa.
Pero dejemos aquà la historia de Seida para no extender demasiado este comentario y saltemos al año 1992, el año en que la compañÃa alemana Kässbohrer Setra se aprestaba a cumplir su primer siglo de historia en vÃsperas de una importante crisis económica que iba a afectar a Europa occidental y de la que los españoles tardarÃamos algún tiempo en recuperarnos.
Aquella crisis económica no fue repentina, sino que hizo aflorar las consecuencias de los errores que se habÃan cometido en años previos y en Kässbohrer Setra se habÃan cometido muchos, muchos errores. Tantos que, en 1992, para tratar de paliar las graves dificultades económicas que atravesaba, se habÃa visto obligada a desprenderse de su división de remolques y semirremolques, vehÃculos que construÃa con la marca Kässbohrer, vendiéndosela a uno de sus rivales más directos, Kögel Fahrzeuge y teniendo que cargar con grandes gastos en despidos y jubilaciones que agravaron aún más la crÃtica situación financiera de lo que quedaba tras la venta de los remolques y semirremolques, es decir los autocares Setra.
Para que los lectores puedan hacerse una idea de cómo estaban las cosas en lo que quedaba de la empresa, diremos que Heinz Ahrens, su presidente, que llevaba según él mismo afirmó, cerca de ocho años clamando por que los propietarios de la compañÃa inyectaran fondos urgentemente en la misma, se encontró un dÃa con que aparecÃa en un importante periódico alemán un anuncio en el que se buscaban candidatos para sustituirle, sin que nadie le hubiera advertido de que se iba a prescindir de sus servicios. Lógicamente, a los cinco meses, Ahrens dejaba la compañÃa. Diez años después, la que suspenderÃa pagos serÃa Kögel y Kässbohrer recuperarÃa su independencia gracias a un inversor turco Tirsan. Pero eso es otra historia, quizá otro Recuerdo del trastero.
El mercado de autobuses, tocado del ala por la crisis de 1993
La crisis económica de 1993 se hizo notar en muchos sectores y el de los autocares y autobuses no fue una excepción. No se han hecho muchos estudios al respecto pero hay que suponer que la reunificación alemana tuvo mucho que ver en el desencadenamiento de aquella contracción económica. La caÃda del Muro de BerlÃn en 1989 y la explosión económica que se produjo en años posteriores generó una burbuja de grandes dimensiones. Prueba de ello es que, por ejemplo, la demanda alemana de autocares y autobuses saltó de 4.000 unidades en 1989 a 7.000 en 1993: ¡un crecimiento del 75 por ciento en sólo 4 años!.
Una fiesta que habÃa que pagar y que ellos, los alemanes, comenzaron a hacerlo en 1994, con una contracción del 20 por ciento en la demanda de esos vehÃculos respecto al año anterior. Pero los ingleses, los italianos y los españoles habÃamos comenzado a pagar la juerga ya en 1992. Concretamente, entre 1990 y 1993, nuestro mercado habÃa bajado de 2.462 a 1.519 autocares y autobuses: un 38,3 por ciento.
Pegaso, que estaba a punto de ser vendida a Iveco y que habÃa dominado durante muchos años el mercado español de autocares y autobuses, haciéndolo además de manera apabullante con una cuota del 90 por ciento, ya habÃa perdido muchÃsimo terreno frente a sus competidores llegados de otros paÃses: MAN, Mercedes, Scania, Volvo, etc., aunque en 1990 todavÃa conservaba un 34,7 por ciento de penetración en el mismo.
Junto a estas lÃneas, se incluye una tabla recuperada de un artÃculo publicado por el autor de estas lÃneas en agosto de 1994, la cual refleja cómo iban en aquellos años las ventas de autocares y autobuses en nuestro mercado. Invitamos a los lectores interesados a que examinen con detenimiento las mismas y sopesen si esas cifras no sugieren que, por mucho que nos duela reconocerlo, SETRA S.A. no era un proyecto empresarial aun habiendo llegado a tener más de 400 empleados a mediados de 1992, sino sólo un negociete, una enorme tienda de autocares, sin más aspiraciones que proporcionar sabrosos beneficios al tendero... Tenemos que reconocer que nosotros no acabamos de descartar esta posibilidad.
Como dato poco conocido, añadiremos que en 1993 Setra Kässbohrer, luchando desesperadamente por encontrar una solución a sus maltrechas finanzas, habÃa llegado a un acuerdo con Iveco para la construcción conjunta de autocares y autobuses del que las plantas españolas de Iveco-Pegaso se suponÃa que deberÃan sacar partido, aunque claro está que ello suponÃa otro puñal más clavado en la Setra de Castro Urdiales, pero aquel acuerdo no llegó a cristalizar en nada concreto, aunque sà pudo ser el desencadenante de lo que vino después.
Mercedes-Benz anuncia su interés por comprar Setra Kässbohrer
Teniendo presentes todos los datos expuestos en párrafos previos, situémonos en los últimos dÃas de julio y primeros de agosto de 1994, que es cuando salta en Alemania la noticia de que Mercedes-Benz estudia comprar lo que queda en ese momento de la atribulada Setra Kässbohrer, es decir, los autocares y los autobuses. La pérdida de tres puntos de penetración de los autocares y autobuses de Mercedes en el mercado alemán en 1993 respecto a 1992 fue lo que decidió a esta firma a reestructurar su actividad en el campo de los vehÃculos para transporte colectivo de viajeros, que, con la adquisición de Setra le iba a permitir controlar el 57 por ciento del mercado alemán de tales vehÃculos.
La noticia irritó enormemente a Volvo Bus, que también ofreció hacerse cargo de Setra Kässbohrer, señalando que la unión de los intereses de ésta última y Mercedes en el campo de los autocares y autobuses si no era un monopolio estaba cerquÃsima de serlo, al menos en el mercado alemán. La sorpresa fue que, al menos inicialmente, cuando la Comisión Europea (CE) se puso a analizar la fusión, dio la sensación de que también pensaba que podÃa entrarse en una situación monopolÃstica si se aceptaba la compra que pretendÃa Mercedes. Pero esta última se movió con rapidez y, en combinación con los sindicatos, montó una macromanifestación en Ulm, la sede de Setra Kässbohrer, en la que más de 7.000 personas, entre empleados y familiares, reclamaron que querÃan que esta última compañÃa pasara a la órbita de Mercedes y siguiera siendo alemana, con lo que Volvo Bus retiró su oferta por Setra Kässbohrer y la CE autorizó la compra de ésta por Mercedes, que creó EvoBus en febrero de 1995 para reunir los autocares y autobuses de ambas marcas aunque se anunciaba que seguirÃan funcionando de manera independiente aunque aprovechando lógicamente todas las sinergias industriales que pudieran encontrarse.
La Setra española saca pecho
Para entonces, la Setra española se encontraba con que el contrato de transferencia de tecnologÃa que tenÃa firmado con Setra Kässbohrer, habÃa concluido a finales de 1994 y no parecÃa que la nueva EvoBus tuviera la menor intención de renovarlo. Sobre este contrato hay que decir que aunque desde España se defendÃa que aquella transferencia de tecnologÃa iba acompañada de un compromiso por parte de la Setra alemana de adquirir anualmente 100 vehÃculos fabricados en las instalaciones de Sámano, desde Alemania se insistÃa en que eso no era cierto y que aquellos 100 vehÃculos fue un encargo que se hizo a la firma española en 1992 para poder atender el tremendo crecimiento de la demanda de autocares y autobuses que se habÃa registrado en Alemania durante aquel año.
La reacción de Setra S.A. fue la tÃpica del gallito de barrio, diciendo que iban a llevar a EvoBus a los tribunales de la Unión Europea, y que ellos tenÃan posibilidades de fabricar el Setra 200 para venderlo en Europa ─¿a través de qué red?, ¿con qué recursos económicos?─ a lo que Wolfgang Diez, al que se acababa de nombrar máximo responsable de EvoBus, respondió que, en tal caso, serÃa ésta la que denunciarÃa a la firma española pues no estaban dispuestos a consentir que se les hiciera la competencia con sus propios productos.
Y es asà como se llega a noviembre de 1996, cuando, como decÃamos al principio, se presenta en la FIAA el autocar Setra Seida S 412 MH, una machada que, a través de la Sociedad para el Desarrollo Regional de Cantabria (SODERCAN) debió costar un buen dinerito a los contribuyentes españoles porque, desde luego, la Setra española no estaba para derroches financieros, como se pudo saber poco tiempo después, a mediados de 1997, cuando sale a la luz que la compañÃa tenÃa una deuda de 1.000 millones de pesetas con la Seguridad Social y de 1.800 millones con Hacienda.
Y es a partir de ese momento cuando se desencadena un auténtico show en torno a la Setra española, animado desde la propia compañÃa, desde SODERCAN, y con la aparición en escena de Andrés de Antonio Simancas, un empresario español afincado en México donde decÃa fabricar autobuses y carrocerÃas especiales para camiones y que querÃa volver a España. Admirador declarado de Eduardo Barreiros, que aseguraba habÃa visitado su empresa Innovator Diesel en México poco antes de morir, De Antonio se lanzó a la compra de lo que quedaba de Setra en Castro Urdiales.
De Antonio también intentó comprar los astilleros Astander en 1999 y luego volverÃa a intentarlo en 2004. La noticia más reciente sobre De Antonio al que tanto SODERCAN como Setra y los empleados de ésta rechazaban alegando que era poco serio y que sus recursos financieros no eran solventes es que en 2014 seguÃa en México tratando de vender a Pemex, la petrolera nacional, una tecnologÃa desarrollada por su empresa COVIPREMA y que, con el nombre Disometicar, venÃa a ser una especie de fracking con agua muy caliente y a alta presión con la que se podÃa extraer el petróleo que aún quedaba en los pozos que, con las tecnologÃas convencionales de extracción, se consideran agotados.
Pero De Antonio no fue el único en interesarse por la atribulada Setra. También lo hicieron o por lo menos eso se dijo entonces, Volvo Bus, Neoplan, Omnibús VehÃculos Industriales (OVI) la empresa que se constituyó en 1996 sobre lo que era Obradors y que también protagonizó en 1999 un proyecto fantasma para levantar una fábrica en el Marquesado granadino, junto a las minas de Alquife, cerradas algún tiempo antes, y en las que supuestamente se iban a invertir 1.300 millones de pesetas para dar empleo estable a un centenar de personas, un proyecto que inmediatamente fue jaleado por la Junta de AndalucÃa y que poco después se diluirÃa en el éter.
En fin, que, al final, como ya es conocido de todos, Setra S.A. quebraba en el verano de 1997 y, tras constituirse en diciembre de ese mismo año EvoBus Ibérica, con dos tercios del capital aportados por Mercedes-Benz España y el tercio restante por SODERCAN, la nueva compañÃa se hacÃa con lo que quedaba del fabricante español de autobuses y autocares en Sámano, unas instalaciones en las que se afirma haber fabricado 12.000 chasis desde 1998 y que anualmente construye un promedio de 1.200.
Y, como suele ocurrir en algunos DVD's de pelÃculas en el menú que aparece al comienzo, vamos a incluir unos bonus, consistentes en este caso en un artÃculo inédito que yo escribà en marzo de 1998 a bordo de un avión sin percatarme de que desde la fila de atrás el jefe de prensa de Mercedes-Benz España lo estaba leyendo. Cuando caà en la cuenta, al volverme, me dijo: ¿No pensarás publicar eso?. Naturalmente, si no no lo habrÃa escrito, contesté. Al dÃa siguiente, alguien de Mercedes-Benz España llamó a la redacción del medio en el que yo iba a publicar el dichoso artÃculo y dejó muy claro que si se publicaba, quedarÃa cancelada la campaña de publicidad de la marca. Como el lector puede suponer, aquel medio continuó teniendo su campaña de publicidad.
Por: Jorge Palacios
Fuente: http://motorscopio.blogspot.com/
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